viernes, 16 de noviembre de 2012

Mi pequeña Carolina

No eres solo una muñeca, no eres un recuerdo de mi infancia, eres una amiga, alguien a quien abrazar sin tener nada que explicar. 
Es tomarte en brazos y sonreír, acariciar tus rubios cabellos y llorar, oler tu perfume a viejo armario y dormir.
Sólo necesito verte, Carolina, para estar tranquila. Sólo necesito saber que te tengo, que tus ojos son míos, para abandonar este constante frío.
No soy buena para nadie, ni nadie se merece el sufrimiento de aguantarme. Pero sé que eso no influye en tí, porq no puedes sentir, no puedes hablarme, ni sufrir, ni amarme. 

Eres tú, Carolina, la que consigue hacerme reír, llorar, la que me acelera el corazón o me calma cuando no dejo que nadie lo haga. Eres tú, Carolina, la que sin decir palabra, me sigue dando vida.

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